De nada sirven las exigencias internacionales, las autoridades de Irán siguen dictando condenas a muerte por lapidación. El último caso es el de una mujer, Sakineh Mohammadi, que ha sido sentenciada a morir apedreada por "mantener una relación ilícita". Anteriormente había recibido 99 latigazos.
El adulterio está considerado como un crimen por la Sharia, el severo código de las leyes del integrismo islámico, pero la Comisión de Derechos Humanos de la ONU especifica que tratar el adulterio como delito es contrario a las normas internacionales.
En Irán, desde 2002 han muerto lapidadas seis personas: entre otros casos, a finales de diciembre de 2008 murieron dos hombres, y en marzo de 2009, un tercero.
Segun explica la ONG, la lapidación está concebida "para aumentar el sufrimiento de la víctima", pues se escogen "piedras lo suficientemente grandes como para causar dolor pero no tanto como para matar a la víctima enseguida".
El adulterio está considerado como un crimen por la Sharia, el severo código de las leyes del integrismo islámico, pero la Comisión de Derechos Humanos de la ONU especifica que tratar el adulterio como delito es contrario a las normas internacionales.
En Irán, desde 2002 han muerto lapidadas seis personas: entre otros casos, a finales de diciembre de 2008 murieron dos hombres, y en marzo de 2009, un tercero.
Segun explica la ONG, la lapidación está concebida "para aumentar el sufrimiento de la víctima", pues se escogen "piedras lo suficientemente grandes como para causar dolor pero no tanto como para matar a la víctima enseguida".
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