Todos contra el lobo. A tiro limpio, con veneno o con fuego. También con lazos, como los que el domingo han provocado graves heridas y amputaciones al menos a dos bellos lobos zamoranos.
Según ha publicado La Opinión de Zamora, el aullido de los pobres cánidos salvajes alertó a unos cazadores que descubrieron a los animales heridos y más de una veintena de trampas ilegales en la zona, en las inmediaciones de la localidad de Anta de Rioconejos. Uno de ellos había perdido ya una de sus extremidades delanteras, arrancada de cuajo por él mismo de tanto tirar para intentar zafarse de la terrible trampa. Probablemente un tercer ejemplar de la manada pudo escapar, aunque llevándose entre las carnes un alambre que sin duda le dejará sin pata y al final sin vida.
Los monteros que los encontraron dieron ejemplo cívico al colectivo de cazadores al avisar inmediatamente a la Guardia Civil y al Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Otros en su lugar les habrían descerrajado dos tiros y se habrían ufanado después de su muerte.
La plaga de los furtivos es terrible. Sus lazos acaban con la vida de osos, lobos, ginetas y todo tipo de mamíferos. Incluso pueden atrapar a personas, por lo que el problema no es sólo un delito ambiental, sino también un crimen. ¡Ojalá todo el peso de la Ley caiga sobre estos salvajes!
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