Los mejores del mundo. España consiguió lo que se merecía, soñaba y, mucho más importante, lo que más de medio mundo demandaba, al derrotar a Holanda en la segunda parte de la prórroga de la final del Mundial de Sudáfrica, gracias a un tanto de Andrés Iniesta (0-1).
Esta vez sí hubo final feliz y los millones de tópicos futboleros se esfumaron de un plumazo. La roja sufrió, perdonó y recibió, mientras Holanda apostó desde el inicio por acabar con la belleza y la plasticidad del fútbol español. Los destructores tenían nombre propio: Van Bommel y De Jong.
No hay comentarios:
Publicar un comentario