Este pequeño de la foto bien podría ser un tataranieto de los
bisontes pintados en las cuevas de Altamira (Cantabria), las más
antiguas de la historia de la humanidad. Vino al mundo el pasado 4 de
agosto en el zoológico del municipio cántabro de Santillana del Mar,
ha pesado 10 kilos, es macho y se trata del sexto y último de esta
especie que nace en la región después de más de 14.000 años.
El bisontito ha hecho crecer la familia, pues con él ya son seis las
crías nacidas en los últimos años. Sus cinco hermanos mayores se llaman
Altamiruco, Altamira, Estela, Marta y Thor, pero él aún no tiene nombre
porque hasta este martes no se sabía si era macho o hembra ¿El problema?
Que la madre, muy recelosa, protege a su cría en todo momento y no
permitía que ningún cuidador se acerque lo suficiente como para poder
determinar el sexo del animal.
Ahora que ya se sabe, el zoo planea hacer un concurso desde su página de Facebook para elegir un nombre.
Este bebé bisonte sin nombre es, además, todo un éxito
conservacionista, ya que su especie se encuentra en peligro de
extinción, por lo que su llegada al mundo constituye una nueva esperanza
para lograr que no desaparezca. Se calcula que en toda la Unión Europea
quedan unos 3.500 ejemplares, según la Asociación para la Conservación
del Bisonte Europeo.
O problema é que o homem está demorando a entender que o meio ambiente tem que ser protegido a todo custo, principalmente as especies ameaçada de extinção.
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