COVADONGA FERNÁNDEZ (pastora de Cangas de Onís), la única ganadera de la zona que no ha perdido animales por ataques de lobos porque todas las noches pone a resguardo en el cobertizo a sus cabras y ovejas, y de día se acompaña de un mastín que vigila al ganado. La convivencia con el lobo es posible, sobre todo si se pone interés y medios. Los lobos no pueden desaparecer por la comodidad del ganadero que deja a sus animales sueltos por las montañas.
En la foto, un refugio para ovejas ecológico y con un escaso impacto ambiental.
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