La terrible lacra del desahucio también afecta a las cigüeñas. En Alcolea de Cinca (Huesca), los responsables de la parroquia han desalojado por las bravas a sus 39 grupos familiares alados. No contentos con tirar estos 39 nidos, han electrificado torre y tejados para garantizar que no regresen las patilargas. ¿Se puede ser más bestia?
Aseguran los curas que las populares aves habían provocando, ellas solitas, daños en los tejados por valor de 32.800 euros.
Ante ello, el Gobierno regional concedió al párroco permiso para
retirar todos los nidos durante el invierno, antes de que se iniciara la
época de nidificación.
Pero se ve que los hombres son apañados. Y han instalado por su cuenta y riesgo un pastor eléctrico en las alturas. Les debió parecer una idea genial disuadir a las zancudas a calambrazo limpio.
El resultado ha sido desastroso. Una de ellas, al recibir la descarga, pegó un brinco y se quedó gravemente enganchada en la cruz-veleta, fracturándose un ala. Para
su rescate ha sido necesaria la colaboración de los bomberos del Cinca
Medio, de los Agentes de Protección de la Naturaleza y de efectivos de
la Guardia Civil. El ave ha sido trasladada al Centro de Recuperación de
Fauna Silvestre de “La Alfranca”, donde los especialistas tratan de
salvar su vida.
Ecologistas en Acción ha denunciado a los responsable de esta terrible instalación eléctrica por los daños producidos a una especie protegida y exige la retirada de todo el sistema.
Qué lejos quedan esos tiempos, no tan lejanos, en los que la llegada
de la cigüeña a los pueblos era consideraba una “bendición divina”.
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