La reforma del Código Penal entrada en vigor el pasado 23 de diciembre también afecta a las penas por maltrato animal: a partir de ahora, exista ensañamiento o no, este hecho será considerado delito y podrá ser castigado con entre tres meses y un año de cárcel, así como con la inhabilitación entre un año y tres años para trabajar en cualquier oficio relacionado con los animales.
Ha habido juicios en los que se ha disparado a un animal, pero como éste murió con el primer disparo, se consideró que no había habido ensañamiento y fue absuelto el acusado. Con la nueva redacción, este caso sería claramente una sentencia condenatoria.
Aunque la reforma mantiene las penas, aumenta la protección. De hecho, incluye más novedades relacionadas con las acciones relativas a dejar «animales feroces o dañinos» sueltos o «en condiciones de causar mal», abandonar a un animal doméstico de manera que «pueda peligrar su vida o su integridad», matar a un perro de un disparo o no llevar al veterinario a la mascota sabiendo que está enferma y que puede acabar con lesiones graves o muerta.
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