Es sin duda la salvajada del año. La Junta de Castilla y León ha autorizado la caza de hembras de corzo (Capreolus capreolus) en primavera y verano, cuando éstas están preñadas o amamantando a sus corcinos. La noticia, publicada por La Opinión de Zamora, ha escandalizado hasta a los propios cazadores, al ser una decisión unilateral de técnicos y políticos.
La práctica se conoce con el eufemístico nombre de “descaste de hembras“, pues se supone que reduciendo su número a tiro limpio se controla la población global de corzos al impedir un aumento excesivo de estos animales. Pero siempre se hacía en invierno y no en época de cría, algo tradicionalmente considerado como “contranatura” pues no respeta el ciclo biológico de la especie.
Dicen que cuando se dispara a un corzo y cae mortalmente herido, éste llora como un bebé. ¿Serán algunos cazadores capaces de matar a las madres, condenando a una muerte segura a sus crías de pocos días? ¿O tendrán el valor de matarlas también a ellas para acortar su terrible agonía?
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