Los rayos del sol acarician sus pieles, las gotas de lluvia caen sobre
sus narices y por vez primera sienten con sus pies la frescura de la
yerba. Después de 30 años Alfred, David, Xsara, Susi y otros 34
chimpancés emergen de aquellas frías y oscuras celdas del laboratorio
donde estuvieron en claustro para descubrir la libertad.
Muchas de ellos jamás han visto la luz del sol, dado que crecieron en un laboratorio de observación. Arrancados de sus madres, asesinadas por cazadores en África, llegaron aún pequeños a Europa en pequeños contenedores.
Su centro de internamiento, perteneciente a una importante casa farmacéutica, los utilizó para diversos propósitos. Fueron infectados con el virus de la hepatitis y del HIV. Sumado a eso, no se les permitió entrar en contacto con cualquier otro animal, viendo exclusivamente a personas con extrañas mascarillas y trajes protectores similares a los usados en tareas espaciales.
Michael Aufharser, fundador del parque austríaco que los recibió tras su liberación en el año 2002, relató a la cadena de televisión alemana RTL el primer contacto de los chimpancés con el mundo exterior.
"Se abrazaron y echaron a reír. Imagínense, estar prisioneros durante todo este tiempo y que de pronto se abra la puerta", reveló.
El nuevo hábitat, al aire libre y con un área de 2500 metros cuadrados, se encuentra en la localidad de Gänserndorf, en la baja Austria. Es allí donde, junto a otros animales rescatados de situaciones difíciles, se reconectan con la naturaleza, libre de opresión.
Muchas de ellos jamás han visto la luz del sol, dado que crecieron en un laboratorio de observación. Arrancados de sus madres, asesinadas por cazadores en África, llegaron aún pequeños a Europa en pequeños contenedores.
Su centro de internamiento, perteneciente a una importante casa farmacéutica, los utilizó para diversos propósitos. Fueron infectados con el virus de la hepatitis y del HIV. Sumado a eso, no se les permitió entrar en contacto con cualquier otro animal, viendo exclusivamente a personas con extrañas mascarillas y trajes protectores similares a los usados en tareas espaciales.
Michael Aufharser, fundador del parque austríaco que los recibió tras su liberación en el año 2002, relató a la cadena de televisión alemana RTL el primer contacto de los chimpancés con el mundo exterior.
"Se abrazaron y echaron a reír. Imagínense, estar prisioneros durante todo este tiempo y que de pronto se abra la puerta", reveló.
El nuevo hábitat, al aire libre y con un área de 2500 metros cuadrados, se encuentra en la localidad de Gänserndorf, en la baja Austria. Es allí donde, junto a otros animales rescatados de situaciones difíciles, se reconectan con la naturaleza, libre de opresión.
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