Este mes de Abril se cumplieron 100 años de la tragedia del tristemente
célebre Titanic. Muchos canales de televisión han modificado su
programación, incluyendo programas especiales para contar de la forma
más detallada posible lo sucedido esa noche, se han realizado
innumerables actos en memoria de las víctimas y los sobrevivientes. Pero
hay otras víctimas y sobrevivientes que no son recordados ni
mencionados en ninguna parte.
El Titanic llevaba a bordo alrededor de 12 perros (confirmados), de
los cuales sólo 3 de ellos pudieron sobrevivir en los botes salvavidas
junto a sus dueños. Eran perros de tamaño pequeño y eso ayudó a que
pudieran ser transportados fuera del barco junto con los demás
sobrevivientes.
Los perritos que sobrevivieron a la tragedia del Titanic fueron:
- un Pekinés llamado Sun Yat-sen, que pertenecía a la familia Harper, pudieron subir a uno de los primeros botes salvavidas
- una perrita de raza Pomerania llamada Lady, que viajaba con su
dueña Margaret Hays, quien logró envolverla dentro de una mantita,
haciéndole creer a la tripulación y al resto de los pasajeros que se
trataba de un bebé
- un segundo perro Pomerania, cuyo nombre se desconoce y pertenecía a
una pasajera llamada Elizabeth Barret Rothschild, ella y su perro
sobrevivieron mientras que su esposo, Martin Rothschild, no lo logró
Una reciente exposición en la Widener University Art Gallery, en
Pensilvania, Estados Unidos, se ha encargado de hacerle conocer al mundo
algo sobre la vida de estos perros que acompañaban a sus humanos en el
viaje del transatlántico. Joseph Egdette, curador de la exposición e
historiador del Titanic, afirmó que los tres perros que se salvaron eran
muy pequeños, lo que significa que pudieron ser fácilmente puestos en
las balsas salvavidas, sin que se notaran.
Está documentado que en pleno caos y un poco antes de que el Titanic
se hundiera, un pasajero bajó al área de perros del barco, abrió los
caniles y logró liberar a todos, con la intención de ofrecerles una
oportunidad de salvarse.
La historia de Ann Elizabeth Isham y su Gran Danés:
Ann Elizabeth Isham, de 50 años, se subió a uno de los botes
salvavidas, pero al darse cuenta de que su perro Gran Danés, no iba a
poder acompañarla debido a que su tamaño era muy grande para subir al
bote con ella, decidió tirarse del bote para reencontrarse con su perro.
No podía abandonarlo y así fué, unos pocos días después del
hundimiento, un equipo de rescate encontró el cuerpo de la pasajera
aferrado al de su perro.
Un héroe de 4 patas llamado Rigel:
El periódico New York Herald publicó el 21 de abril del año 1912 el
testimonio de Jonas Briggs, un marinero del buque Carpathia, que fué el
primero en llegar al lugar del naufragio, quien relató la conducta
heroica de un perro llamado “Rigel”, de raza terranova, que pertenecía a
un oficial del Titanic.
Uno de los botes salvavidas no podía ser divisado por el barco de
rescate debido a la oscuridad, entonces Rigel nadó entre el bote y el
“Carpathia” ladrando continuamente. Gracias a los grandes esfuerzos del
perro, el capitán del Carpathia pudo escuchar los ladridos y así detener
las máquinas, al mismo tiempo que Rigel guiaba el bote a través de la
noche hacia un lugar seguro.
Se relató tambien que una vez a bordo del Carpathia, Rigel ladraba al
mar en busca de su dueño, casi enseguida se lo llevaron a un lugar del
barco para brindarle atención médica y comida. Hasta aquí llega el
testimonio del marinero, no sabemos bien que sucedió con Rigel después
de su gran hazaña, que sin duda ayudó a salvar muchas vidas humanas.
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