El uso ilegal de veneno representa una gravísima amenaza para la biodiversidad en España.
En la última década, unos 7.000 animales salvajes y protegidos, de extraordinario valor natural, han muerto envenenados como consecuencia del uso de esta sustancia. Así ha ocurrido con 7 osos pardos, 40 quebrantahuesos, 114 águilas imperiales, 348 alimoches, 168 águilas reales, 638 buitres negros, 2.355 milanos reales y negros, y 2.146 buitres leonados.
Que se sepa, pues en realidad sólo se encuentra en el campo una pequeñísima parte de los cadáveres.
Esta escalofriante estadística se ha difundido en el I Encuentro para la Lucha contra el Veneno del Proyecto Life + Veneno.
¿Pero quién pone veneno en el campo?
Algunos cazadores para controlar supuestas alimañas.
Algunos ganaderos para controlar supuestas alimañas.
Y yo me pregunto:
¿Quién controla a esas alimañas de dos patas que juegan con la salud y la fauna de todos nosotros?
Lo peor del uso ilegal de venenos en la naturaleza es la impunidad con la que estos delitos se cometen.
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