Soltar a un novillo, inmovilizarlo con una soga, acuchillarlo hasta su muerte y dejar que los niños se acerquen a él sí tiene precio: 500 euros de multa, gastos aparte. Así lo ha denunciado el Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal, que no sólo puso en conocimiento la tortura a la que fueron sometidas tres reses en Arcas del Villar (Cuenca) sino que también critica ahora que la sanción impuesta por las autoridades manchegas haya sido "ridícula".
Aunque la resolución ha sido dada a conocer recientemente, los hechos denunciados por Pacma se remontan al 12 de septiembre de 2009, cuando en el municipio conquense se lleva a cabo una celebración en al que tras novillos son "hostigados" en presencia de "numerosos menores de muy corta edad", según consta en la denuncia, acompañada del vídeo adjunto.
"Los participantes trataron sin éxito una y otra vez de matar a los animales apuntillándolos. Cuando el matarife se da cuenta de que el animal sigue vivo, intenta rematarlo clavándole el cuchillo en el corazón y provocarle una parada cardiaca, de la que el animal tampoco moriría instantáneamente. Algo totalmente irregular y carente de la más mínima sensibilidad hacia los animales", reza el escrito de los animalistas. "No contentos con tamaña salvajada y contraviniendo también la normativa, entre el público se encontraban numerosos menores de muy corta edad que presenciaron la matanza de los animales, llegando incluso a sentarse a uno de los niños sobre el novillo agonizante".
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